Actualmente, Carolina Prado es oboísta principal de la Joven Orquesta Sierra de Madrid (JOSM), un proyecto que se distingue por la exigencia de su repertorio y por el ambiente formativo que impulsa a través de talleres con destacados profesionales. En España, ha participado en producciones de ópera como La Traviata con la Orquesta Carlos Cruz-Diez, ha trabajado como oboísta, monitora y directora en el proyecto Ópera Kids (2021–2025), y se ha desempeñado como directora musical y oboísta de La Société Ensamble de Cámara, explorando repertorios poco frecuentes y propuestas innovadoras.
Su camino artístico comenzó en el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, en el núcleo de Puerto La Cruz, donde eligió el oboe como instrumento principal, cautivada por su timbre lírico y expresivo. En 2007, fue seleccionada para la Orquesta Nacional Infantil de Venezuela, donde tocó bajo la dirección de figuras de renombre como Gustavo Dudamel y Sir Simon Rattle. Esta experiencia temprana la impulsó a continuar su formación con el maestro Ricardo Riveiro en el Conservatorio de Música Simón Bolívar.
Entre sus experiencias más relevantes de esta etapa destaca su participación en la inauguración del Festival Internacional de Oboe (2011) y su ingreso en la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar (2011–2015), con la que realizó giras en Latinoamérica y Europa bajo la dirección de maestros como Thomas Clamour, Johan de Meij y Jan Van der Roost. Posteriormente, formó parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (2015–2016) y, más tarde, de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas (2016–2020), donde ejerció como Corno Inglés Solista en una de las instituciones culturales más importantes del país.
Paralelamente, ha enriquecido su formación a través de clases magistrales con maestros internacionales como Diethelm Jonas (Alemania), Olivier Doise y Christophe Grindel (Francia), Carmen Guillem y Juan Carlos Báguena (España), entre otros. Ha participado activamente en encuentros especializados como El Oboe y sus Laberintos II Edición (2018) y IV Edición (2019), así como en el Hermes Oboe Festival (Xilxes, 2021).
Durante este período también se embarcó en el Peace Boat, un proyecto cultural japonés que recorre el mundo con un mensaje de paz. A bordo, realizó conciertos de cámara y quintetos, además de presentaciones en distintos puertos, reafirmando su convicción de que la música es un lenguaje universal de unión y transformación.
Para ella, el oboe es un instrumento de lirismo y personalidad, capaz de conmover profundamente. Su motivación es la música misma: el deseo de transmitir emociones que lleguen directamente a la sensibilidad del público y de crear esos momentos irrepetibles en los que intérpretes y oyentes comparten una misma vibración.